Bodegas La Felicita

Hoy os traemos la historia detrás de La Felicita y como nace la marca.

Nos remontamos a 1960, cuando Teresa, originaria de Valencia capital se casó con Juan, originario de una pequeña aldea llamada Casas de Pradas, a tan solo 15 minutos de Requena. 

A pesar de hacer la mayor parte de su vida en la capital, aprovechaban cualquier fin de semana para hacer una pequeña escapada a las tierras del vino, las tierras que vieron a Juan crecer y las que poco después vieron crecer a sus dos hijos pequeños.

En 1985, Juan, tras muchos años de duro trabajo, se jubiló y el matrimonio se trasladó a su pueblo, a la pequeña aldea que tanta felicidad les daba.

Poco después, fruto de su amor por estas tierras y por el vino, Teresa le propone a Juan abrir una bodega de vinos que represente la felicidad que les da volver a sus tierras. 

Nos gustaría cambiar este trozo de la historia, ya que este negocio, a pesar de nacer del amor más profundo y sincero, no salió bien y solo 3 años más tarde, se vieron obligados a cerrar.

Pero la historia no acaba aquí, ya que su nieta (quien comparte el mismo amor por las tierras que le vieron dar sus primeros pasos) a finales de 2023 decidió volver a luchar por el sueño de sus abuelos y el que ahora es también el suyo propio.

Así que aquí estamos, intentando acercaros con nuestros vinos a la felicidad que se siente cuando llega el verano y te vas un mes entero a disfrutar del pueblo y lo que conlleva: su gente, el olor de tierra recién arada o los vendedores ambulantes...  

Tan solo nos queda por deciros, que esperamos que seáis tan felices bebiendo nuestros vinos, ¡como nosotros creándolos!